Desarrollo Social de Cutral Co reaccionó luego de la exposición pública de una vecina

La publicación del caso generó una reacción inmediata.

Una denuncia por la entrega de mercadería vencida encendió las alarmas sobre el funcionamiento del área de Desarrollo Social en Cutral Co. El testimonio de María, vecina del barrio Peñi Trapún, madre de cinco hijos y en situación de extrema vulnerabilidad, se comunicó a este medio el lunes por la mañana. En menos de 24 horas, las autoridades municipales actuaron.

María vive una realidad difícil: está desempleada y depende de la asistencia estatal para sobrevivir. Su pareja, que tenía posibilidades de ingresar a una empresa, quedó fuera del proceso de selección tras detectarse una hernia de disco en el examen médico laboral. En ese contexto, hace más de tres semanas solicitó ayuda en la Secretaría de Desarrollo Social local. Recién en los últimos días recibió un bolsón de alimentos, pero al revisarlo encontró varios productos vencidos.

“Me comuniqué con ustedes porque ya no sabía qué hacer. Esperé semanas y cuando al fin me llegó la ayuda, me encontré con que parte de la mercadería estaba vencida”, relató.

La publicación del caso generó una reacción inmediata. Este martes por la mañana, la secretaria de Desarrollo Social, Mirta Culliqueo, se presentó personalmente en el domicilio de la denunciante. María lo confirmó:
“Me reconocieron la bolsa de mercadería, me trajeron una nueva, completa, y me ayudaron con frazadas, útiles escolares para mis hijos, carpetas, hojas. Además, me tramitaron una ayuda para instalar el gas en mi casa. Quiero que se sepa que hoy sí me asistieron, aunque tuvo que pasar todo esto para que se movieran”.

El caso de María no es aislado. En los barrios populares de Cutral Co, la asistencia estatal suele llegar tarde o en forma incompleta. La intervención de los medios, una vez más, funcionó como catalizador.

“Ya tengo respuestas”, dice ahora, aliviada. “Desde que se publicó la nota, las chicas de Acción Social vinieron a mi casa y me dieron una respuesta favorable. Si Dios quiere, en una o dos semanas mis hijos van a tener gas”, concluyó.

Esta historia no es solo la de una mujer que buscó ayuda; es la que evidencia que detrás de cada trámite, cada demora, hay personas esperando una mano. Y que a veces, para que esa mano llegue, es necesario hacerse escuchar.

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