¿A quién no le gritó su jefe o jefa alguna vez? La asimetría en la relación laboral llevó a la naturalización de violencias como los insultos, los gritos, los cambios de funciones forzados, la humillación.
La identificación de estos hechos podría modificarse a partir de los convenios firmados en Ginebra y que se podrán en marcha en 2021.
Argentina es uno de los pocos países que ya adhirió al Convenio 190 de la OIT, firmado en 2019 en Ginebra, que promueve la sanción de este tipo de prácticas violentas en el ámbito laboral.
En Neuquen, el diputado Carlos Sánchez, presentó un proyecto en el que la Legislatura muestra su satisfacción por la adhesión nacional a este convenio.
En junio estará en vigencia y esto es lo que implica:
Al refrendar el convenio, Argentina se comprometió a
- Respetar, promover y asegurar el disfrute del derecho de toda persona a un mundo del trabajo libre de violencia y acoso.
- Adoptar, de conformidad con la legislación y la situación nacional y en consulta con las organizaciones representativas de empleadores y de trabajadores, un enfoque inclusivo, integrado y que tenga en cuenta las consideraciones de género para prevenir y eliminar la violencia y el acoso en el mundo del trabajo.
- Este enfoque debería tener en cuenta la violencia y el acoso que impliquen a terceros, cuando proceda, y consiste, en particular en:
- a) prohibir legalmente la violencia y el acoso;
- b) velar por que las políticas pertinentes aborden la violencia y el acoso;
- c) adoptar una estrategia integral a fin de aplicar medidas para prevenir y combatir la violencia y el acoso;
- d) establecer mecanismos de control de la aplicación y de seguimiento o fortalecer los mecanismos existentes;
- e) velar por que las víctimas tengan acceso a vías de recurso y reparación y a medidas de apoyo;
- f) prever sanciones;
- g) desarrollar herramientas, orientaciones y actividades de educación y de formación, y actividades de sensibilización, en forma accesible, según proceda, y
- h) garantizar que existan medios de inspección e investigación efectivos de los casos de violencia y acoso, incluyendo a través de la inspección del trabajo o de otros organismos competentes.
Los cambios serán paulatinos ya que implican un cambio de cultura y social.