Como muchos dirían, esta es la pregunta del millón. Pues bien, es cierto que hay perros que son más frioleros que otros. Cada uno debe conocer a su mascota y observar si siempre intenta buscar un sitio calentito en el que refugiarse o estar pegadito a la estufa.
Por otro lado, los cambios de temperatura les afectan. Imagina un día de invierno en el que estáis en casa juntos junto a la estufa. Pero llega su hora de salir y tenéis que ir a la calle a hacer sus cositas. Pues bien, pasar del calor al frío en cuestión de segundos puede crear un choque en su cuerpo. En este caso, ponerle una ropita de abrigo sería lo más conveniente.
También hay perritos como los yorkshire que sufren más el frío, pues su masa corporal es poca. Si lo tapas con una mantilla en casa y le pones un abriguito al salir a la calle, seguro que te lo agradecerá.