En el corazón de Cutral Co, entre aromas de enebro y sueños de alambique, florece una historia de amor, paciencia y espíritu emprendedor. Se llama AsRey Gin, y aunque suene a marca importada, es tan de acá como el viento que agita en el barrio Zanni. Detrás de esa botella, que ya ha ganado reconocimiento nacional, están Luis Correa y Laura Palacios, una pareja que nunca imaginó que su hobby casero terminaría convertido en orgullo local.
“Todo empezó como un hobbie”, cuenta Luis con una sonrisa que se le nota incluso por teléfono. “Compramos un alambique hace como tres años, pero no hacíamos nada. No teníamos espacio. Quedó ahí, parada. Recién en enero del año pasado nos pusimos a destilar en serio”.
Y así, en el patio de su casa, entre intentos y errores, comenzó a tomar forma el primer gin artesanal hecho íntegramente en Cutral Co. Sin fórmulas secretas ni recetas heredadas, sino con prueba, olfato, coraje y mucho paladar. “No hay una receta para el gin. Es jugar, es probar. Y eso hicimos. Destilamos muchas veces hasta que encontramos un sabor que nos gustaba. Igual, no es lo mismo que guste a uno que guste a todos”, admite Luis, sincero como su gin.
El reconocimiento llegó rápido y por sorpresa. En junio del año pasado enviaron su primera muestra a la Copa Argentina de Destilados —una de las competencias más importantes del país— sin grandes expectativas. Viajaron hasta Avellaneda, nerviosos pero entusiasmados. Volvieron con una medalla de plata en la categoría Gin de Autor y con el pecho inflado de orgullo.
Desde entonces, el quincho de su casa se transformó en laboratorio, taller, destilería y refugio creativo. Allí también nació su segunda joyita: un gin macerado en frutos rojos que ellos mismos van a buscar a Plottier. Todo hecho a mano. Todo hecho con alma.
Este 2025, el desafío se repitió: enviaron nuevamente dos muestras a la Copa, que esta vez se celebró en Mar del Plata. Competían contra más de 150 destilerías de todo el país. Y, otra vez, la medalla de plata fue para Cutral Co. No saben todavía cuál de los dos gins fue el premiado, pero eso poco importa. Ganaron ellos, ganó la ciudad, ganó la historia.
Luis y Laura no tienen destilería oficial ni etiquetas brillantes. No tienen grandes inversiones ni maquinaria industrial. Tienen lo más difícil: un producto sincero, elaborado sin apuros, con ingredientes nobles y manos que respetan cada proceso. AsRey Gin es artesanal, natural, sin aditivos, sin azúcar, y con botánicos que, cuando se puede, cultivan ellos mismos.
Son, además, los primeros destiladores de gin en la historia de Cutral Co. Y eso no es menor. A veces, los sueños fermentan lento, como el buen alcohol. Pero cuando destilan honestidad, pasión y trabajo, el resultado siempre deja buen sabor.
Ahora los espera el próximo paso: la formalización. Habilitaciones, papeles, permisos. El lado menos romántico del emprender, pero necesario para crecer. Lo saben y se están preparando. “Tenemos que hacer las cosas bien. Por respeto a lo que logramos, por respeto a la gente que nos elige”, dice Luis.
Y mientras en algunos bares de la comarca ya se sirve AsRey Gin, los que conocen la historia saben que en cada copa hay mucho más que ginebra: hay esfuerzo, hay orgullo, hay una familia que creyó en sí misma. Y eso, sí que vale oro. Aunque venga en forma de plata.








