A 92 años de la piedra fundamental: Santa Teresita acompañó el pulso del petróleo

Concebida como réplica de una iglesia europea, declarada con el tiempo Patrona del Petróleo y declarada Patrimonio Histórico de la Ciudad

Por estas horas, Plaza Huincul vuelve la vista atrás hacia una fecha que, aunque silenciosa, definió parte de su identidad: el 3 de diciembre de 1933, día en que se colocó la piedra fundamental de la Parroquia Santa Teresita, que terminaría convirtiéndose en uno de los símbolos más persistentes de la vida petrolera en la comarca.

Concebida como réplica de una iglesia europea y declarada con el tiempo Patrona del Petróleo, la obra se materializó dos años después, en 1935, bajo la ejecución de YPF, entonces empresa estatal estratégica que buscaba no solo explotar el subsuelo, sino también ordenar la vida cotidiana de quienes llegaban para trabajar en los yacimientos. En ese marco, levantar un espacio religioso no era un gesto menor: era dotar de ritual, estructura y pertenencia a un territorio que crecía a ritmo vertiginoso.

Erigida en pleno barrio Uno, Santa Teresita pronto se convirtió en un punto de anclaje para la comunidad. Su arquitectura colonial, inusual para la época y la zona, le dio un carácter distintivo que hoy se mantiene como una marca de origen. Con el correr de las décadas, la parroquia dejó de ser solo un espacio religioso: fue escenario de encuentros, despedidas, celebraciones y discusiones que acompañaron los ciclos del petróleo y las transformaciones sociales del lugar.

Ese cúmulo de historias explica, al menos en parte, el valor sentimental que los vecinos aún le asignan. Para muchos, Santa Teresita no es simplemente un edificio antiguo: es una referencia afectiva y un espejo de la memoria colectiva. Ese peso simbólico fue reconocido de manera formal cuando el Concejo Deliberante la declaró Patrimonio Histórico de la ciudad, un intento institucional por preservar lo que la comunidad ya había consagrado por su cuenta.

En 2024, tras décadas de uso intensivo y con signos de desgaste estructural visibles, comenzó un proyecto de restauración destinado a recuperar su integridad, reforzar su estructura y reactivar el campanario. La iniciativa busca no sólo preservar el pasado, sino también garantizar que el lugar mantenga su lugar en la vida pública de Plaza Huincul.

A 92 años del inicio de su historia, la Iglesia Santa Teresita continúa en pie como un recordatorio de la relación –compleja, intensa, a veces contradictoria– entre fe, comunidad y desarrollo petrolero. Una pieza de arquitectura que sobrevivió a los vaivenes de la economía y la política, y que hoy vuelve a ocupar el centro de la atención, no por nostalgia, sino por la necesidad de entender cómo se construyó la identidad de una ciudad que creció al calor de un recurso que, por definición, es finito.