Plaza Huincul: Comerciantes denuncian abandono y reuniones sin respuestas

Vandalismo sistemático, falta de patrullajes, sospechas que apuntan a zonas liberadas

Vandalismo sistemático, falta de patrullajes, sospechas que apuntan a zonas liberadas y una cadena interminable de reuniones que no sirven de nada. Esa es la realidad que denuncian comerciantes y vecinos del barrio Soufal, quienes aseguran estar hartos de la inacción del Ejecutivo municipal y de la subsecretaría de Seguridad y Ciudadanía, a cargo de Ramón Lecaro.

En la madrugada del viernes, una serie de ataques coordinados volvió a poner en evidencia el vacío de seguridad que sufre la zona: el Juzgado de Faltas fue violentado; un mercado sobre Avenida San Martín sufrió un intento de robo; y el auto del dueño de una fotocopiadora fue destrozado sin que mediara robo alguno. Todo sucedió en pocas cuadras y en un mismo radio. Todo quedó impune.

“El Juzgado estuvo todo el viernes con la puerta rota. Fuimos nosotros con mi hija a avisar al comando. Si no lo hacíamos, nadie se enteraba”, relata una vecina. El edificio público quedó expuesto por más de 36 horas. Nadie del Ejecutivo se acercó.

Según testigos, los delincuentes intentaron sustraer el aire acondicionado del juzgado, dejando cables cortados y daños visibles. En paralelo, el dueño de la fotocopiadora amaneció con los vidrios de su auto destrozados. En el mercado sobre San Martín, los atacantes barretearon la reja sin lograr ingresar, pero dejaron clara su capacidad de moverse sin control.

Aunque nadie se atreve a señalar con certeza a los autores, los vecinos apuntan sus sospechas hacia un grupo que suele reunirse detrás de Defensa Civil, frente al museo. “No digo que fueron ellos, porque no los vi. Pero todo apunta a ese aguantadero. La policía misma nos lo dice, pero también nos reconoce que no pueden hacer nada porque no tienen potestad sobre esos edificios”, asegura otra comerciante.

La indignación se centra en la falta de decisiones por parte del Ejecutivo municipal y de Lecaro, responsable del área de Seguridad y Ciudadanía. “Hemos tenido reuniones, promesas, diagnósticos, y nada cambia. Seguimos solos”, afirman los damnificados.

Los comerciantes exigen operativos serios, presencia policial efectiva y que el municipio asuma el control territorial de las zonas que hoy parecen entregadas. “No alcanza con que digan que no tienen potestad. ¿Quién la tiene entonces? Porque mientras tanto, nosotros somos los que pagamos las consecuencias”, sentencian.

El hartazgo crece. La sensación de desamparo también. En Soufal, la inseguridad no da tregua. Y las reuniones sin resultados ya no sirven ni de consuelo.

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