A un mes del femicidio de Mabel Rosana López, su nombre vuelve a la plaza pública. Familiares, amigos y organizaciones sociales convocan a un encuentro este martes 9 de diciembre a las 18, en la plaza San Martín de Cutral Co. Buscan recordar quién fue, sostener el reclamo de justicia y advertir que lo que ocurrió no es un hecho aislado, sino parte de un patrón que atraviesa la provincia.
“Queremos que la comarca sepa quién era Mabel y que otras mujeres en riesgo no queden a la deriva”, dijo su hermano Carlos a este medio. La familia insiste en algo básico, pero a menudo relegado: que detrás de cada expediente hay una persona, una historia y un entorno que intenta reconstruirse.
Una muerte que no fue un accidente
El 9 de noviembre, el caso obtuvo repercusión nacional por su violencia y por la maniobra posterior para encubrirlo. Ese día, en la Ruta Provincial 13, a unos 10 kilómetros del puente de Kilka, Mabel falleció tras caer con la camioneta en la que viajaba. Su pareja, A.R., quedó detenida.
La fiscalía de Zapala —a cargo de Laura Pizzipaulo y de la asistente Margarita Ferreyra— determinó que no se trató de un accidente. Formuló cargos por homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género.
La reconstrucción fiscal plantea un derrotero de control, violencia y oportunidades perdidas para intervenir. La noche anterior, en Moquehue, tras ingerir alcohol, el imputado golpeó a Mabel. Ella escapó de madrugada y fue ayudada por dos trabajadores. Les mostró sus lesiones, relató los golpes y se comunicó con su hermano. Horas más tarde, el agresor la encontró y la convenció para subir nuevamente a la camioneta rumbo a Cutral Co.
En el trayecto, testigos declararon que la discusión en guaraní fue intensa. Mabel le dijo que no lo perdonaría. Al llegar al puente de Kilka, el acusado pidió a los trabajadores que descendieran. Minutos después, aceleró hacia el barranco. Mabel, sin cinturón, quedó atrapada. Murió camino al hospital.
El intento de encubrir y la respuesta judicial
Según la fiscal, el imputado intentó presentar los hechos como un accidente. También advirtió riesgos procesales: doble nacionalidad, recursos económicos y capacidad para influir sobre testigos —entre ellos un menor—. La jueza de garantías Bibiana Ojeda fijó cuatro meses de investigación y dictó dos meses de prisión preventiva.
El contexto que incomoda
Mabel es la sexta víctima de femicidio en Neuquén en lo que va del año. No se trata sólo de un caso trágico; forma parte de una estadística que crece y que la provincia aún no consigue revertir pese a los diagnósticos, las alertas y las capacitaciones institucionales.
La convocatoria del martes apunta a eso: a recordar a Mabel, pero también a exponer un problema estructural que excede un expediente judicial. A revisar cómo fallan los sistemas de alerta temprana, las respuestas estatales y los entornos comunitarios cuando una mujer intenta salir de un círculo de violencia.
La familia reconoce avances en la causa, pero teme que la memoria pública se diluya. Por eso vuelven a la plaza. Porque en la comarca —dicen— el silencio también mata.








