Hoy se conmemoran 107 años del descubrimiento del petróleo en la región, un hallazgo que no solo marcó la historia de la provincia de Neuquén, sino que consolidó a Argentina como actor clave en la industria hidrocarburífera sudamericana.
El descubrimiento se produjo en 1918, cuando el geólogo alemán Juan Keidel y el ingeniero Enrique Cánepa lideraron un equipo que logró extraer crudo a 605 metros de profundidad en lo que hoy se conoce como el Pozo de perforación N°1. La operación había estado en riesgo durante 1917: los resultados alentadores eran escasos, los recursos, limitados, y los campamentos estaban a punto de ser desmantelados. La decisión de continuar se basó en la detección de gas en la zona y el uso de 30 presos de la cárcel territorial como mano de obra.
A partir de ese momento, la explotación hidrocarburífera en la provincia creció rápidamente. Para 1924, los Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) operaban sobre unas 8 mil hectáreas, y se extraían 700 litros de crudo por día, con la instalación de destilerías capaces de producir naftas, querosenes, gasoil y fuel oil.
El impacto socioeconómico fue notable. Entre 1960 y 2000, la población neuquina se triplicó y la economía regional registró un incremento del 2.400%, un promedio anual de 8,2%, consolidando a Neuquén como motor energético del país. Hoy, la provincia concentra cerca del 60% de la producción de petróleo a nivel nacional.
El aniversario de este hallazgo no solo rememora la hazaña técnica, sino que también evidencia la transformación económica, social y cultural que el petróleo generó en la Comarca Petrolera, consolidando a Plaza Huincul como un punto de referencia histórico en la industria energética argentina.








