Los 24 empleados no resignan sus puestos y mantienen las puertas abiertas las 24 horas, pese a estar a oscuras, sin calefacción y sin médicos.
El jueves venció la última boleta de luz y la clínica Cutral Co, la única de la ciudad del sistema privado quedó totalmente a oscuras. Los profesionales dejaron los consultorios y solo quedaron los 24 trabajadores, repartidos entre sus turnos, y los enfermeros que cubren las guardias mínimas.
“Estamos peor que el año pasado, no sabemos si esto sigue o cierra y encima quedamos sin ningún servicio” se quejaron algunos de los empleados, que trabajan únicamente con una luz de emergencia en el mostrador, a la vez lamentaron “la gente que viene pregunta si hay médicos y se van, nadie nos apoya”.
Incluso, aseguran que el fin de semana vivieron una situación de violencia por una pintada que otras personas realizaron fuera del edificio contra el dueño. “Vino una camioneta con tres personas que lo taparon con pintura y nos increparon culpándonos de que lo escribimos” relataron.
Pese a las condiciones adversas, decidieron continuar cumpliendo sus horarios y optaron por retirar algunos productos que requieren atención, como los reactivos del laboratorio que precisan refrigeración. “Sin luz y con el generador roto, no hay manera de conservarlos” explicaron.
Por otra parte, aseguraron que no tienen respuestas de ningún tipo de parte de los dueños de la clínica, que no solo adeudan los pagos de servicios, sino también sus sueldos de diciembre a enero.
“Las puertas no se cierran y nosotros seguimos acá hasta que se resuelva o alguien las cierre, no sabemos que esperar” concluyeron.
