Investigan si el bullying fue la causa del homicidio de Jona Alarcón

Una de ellas apunta a un posible caso de abuso en el que Alarcón sería el agresor y el adolescente homicida era la víctima.

Si bien el chico de 15 años que sería el asesino no puede ser procesado, la investigación judicial continúa en curso y parte de los datos llevan a considerar la posibilidad del bullying como un detonante.

La primera hipótesis planteaba un intento de robo previo al crimen: una persona se acercó a Alarcón para pedirle un cigarrillo, discutieron y luego le disparó. Sin embargo, quedó casi descartada y las versiones recabadas llevaron a plantear otra posible situación, donde la víctima pudo ser quien increpó al homicida sin saber que este iba armado.

Cabe recordar que Jonathan Alarcón estaba acompañado por otras dos personas que presenciaron todo y lo llevaron al hospital luego de ser baleado, pero se negaron a declarar lo que vieron en la esquina de Primero de Mayo y avenida Cutral Co.

De los datos certeros, se supo que Alarcón y el adolescente -procesado como presunto autor- se conocían por ser vecinos y cruzarse con frecuencia entre los barrios Mosconi y Centenario. No tenían relación de amistad ni enemistad, pero si habrían intercambiado diálogos en muchas ocasiones.

Según los investigadores, en los barrios populares suele ser común que algunos grupos interactúen con otros de menores, aunque no siempre exista una buena relación. Suelen pedirles favores, darles órdenes o incluso maltratarlos como una especie de rito implícito de convivencia.

La investigación trata de corroborar que el adolescente había sido víctima de violencia por parte de Alarcón. Si está comprobado que Alarcón contaba con antecedentes por delitos menores de robos y agresiones, donde la mayoría de sus víctimas eran menores de edad.

Eso llevó a plantear un posible caso de bullying presente, sumado a que el homicida disparó 4 veces contra el cuerpo de Alarcón a quemarropa, rematándolo con un disparo en la frente, pero sin atacar a los acompañantes de la víctima que estaban a pocos metros. Ello hace pensar a los investigadores en una especie de venganza o situación personal.

Esta versión tomaría mayor peso en la investigación por el momento, aunque todavía resta completar pericias y entrevistas para esclarecer del todo el caso. Se debe determinar que el homicida sea el adolescente de 15 años y que no se inculpe para cubrir a otro, lo que por ahora parece inverosímil.

Mientras tanto, el presunto homicida permanece bajo un programa de asistencia judicial a cargo de la Defensoría de los Derechos del Niño y del Adolescente.