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¡Salud, Bello Cutral Co!

Caminando lentamente por tus calles arboladas,
tus casitas agachadas, me miran indiferentes
Y mi sombra mansamente, va barriendo sus veredas,
como la cola “diquera” de una novia sonriente.

Luces un collar de perlas de luz, en tus avenidas…
Las vidrieras encendidas, muestran “rebajas” y “ofertas”…
Y por la ventana entreabierta de un bar, sale el grito: ¡Truco!
Detrás va el ¡Quiero Retruco!…con el as de basto en puerta.

Tu “Cine Astral” remozado…con carteles de colores
que realzan los fulgores de su nuevo iluminado,
con sus afiches colgados me dice que el buen camino
de nuestro cine argentino, es cosa ya del pasado.

Tus comercios orgullosos, muestran sus mercaderías,
en largas estanterías, con arreglos primorosos,
más los precios “horrorosos”, los ocultan diligentes
y hacen “guiños inocentes” sus letreros luminosos.

En el ángulo lineal de Avenida del Trabajo
con la “Rodríguez abajo”, cual viejo tótem tribal
resalta, pintada en cal y bien afirmado al piso,
como obelisco petiso, tu Piedra Fundamental.

Y a su frente estrenarás un mástil nuevo y flamante.
Majestuosa y ondulante mañana ya flameará
y gallarda lucirá nuestra bandera argentina,
que a ésta tierra neuquina sus pliegues cobijará.

A media cuadra nomás, bajando siempre derecho,
como enemigo en acecho, está el Juzgado de Paz,
tumba que engulló voraz a tantos “chicos demonios”
que en el libro “MATRIMONIOS” dejaron su libertad.

Y siempre en rumbo lineal, llegando ya a la esquina,
su austera estructura empina el gran Centro Cultural,
sus noches de carnaval, con su pista embaldosada,
siempre fueros esperados por la muchachada leal.

En piedra y mampostería, y a dos cuadras más arriba
por tu central avenida, levanta su estampa fría
un chalet, donde a fe mía, yo no entro si no me llevan,
pues al que entra “lo quedan” allí en la Comisaría.

Para el lado del zanjón, tomando ya por la Roca,
tu hermosa plaza provoca mi rencor y mi emoción;
porque ahora, de a traición, con su iluminado “a giorno”
ha dado al novio un trastorno, que no merece perdón.

Plaza que hasta ayer nomás, fue refugio de parejas
que hoy se han ido con sus quejas, adonde no llegarás,
por mucha fuerza que hagas, con tu nuevo iluminado,
y al saberlos enojados, yo sé que lo sentirás.

Desde tu centro altanero, el progreso vigilando
del pueblo que va ensanchando lentamente sus linderos,
se alza el “Héroe Primero”…”Libertario Paladín”…
El “Glorioso San Martín”…””Capitán de Granaderos”.

A tu frente vertical, se eleva serena y fría,
sonriente en la vidriera de su amplio ventanal,
La Casa Municipal, a quien con su gesto austero
contempla el “Gran Granadero” desde su alto pedestal.

A tu izquierda con recato de niña seria y modosa,
muestra sus siglas gloriosas, nuestro altivo sindicato,
Gremio que desde hace rato, va marcando el derrotero
del gran quehacer petrolero, sin huelgas ni desacatos.

A tu espalda en gris y nieve, rodeada de ventanales,
blancura de delantales y risas de trazos breves
que le ponen cascabeles a su seriedad de anciana,
se levanta “la decana”: ¡Vieja Ciento Diecinueve!

Ya ves…Sos depositaria de la inquietud sindical,
el ajetreo comunal y la enseñanza primaria,
la presencia imaginaria de quien nos dio libertad
te entrega la seriedad que a una plaza, es necesaria.

Más, cuando la campanada de la Ciento Diecinueve,
te engalana con la nieve de palomas en bandadas,
tu seriedad simulada enseguida se hace astillas
al cubrirte las pandillas, de risas alborotadas.

De la escuela, a un costado alza su estampa sencilla,
nuestra querida Capilla, de interiores adornados,
y a la niñez consagrado, un “Cura Gaucho” de tantos,
el Padre Ernesto Szantos, por Don Bosco iluminado.

¡CUTRAL-CÓ!…La madrugada, me ha sorprendido en tus calles
contemplando los detalles de tu estampa iluminada.
Los recuerdos en bandada han acudido a mi mente
al verte resplandeciente bajo la noche estrellada.

Me recibe el nuevo día con un silencio extraño…
Es que un nuevo cumpleaños, te trae su mañana fría,
detrás de una celosía oigo gorjear un canario
que a tu nuevo Aniversario le pone su melodía.

Yo que jugué en tus veredas y corretié por tus calles,
quiero evocar los detalles cuando solo un barrio eras.
Mil historias callejeras evoco allá, en la distancia,
y me ahogan la nostalgia y ésta pena sensiblera.

Recuerdo a tu farolero pasar al atardecer
por tus calles y encender tus faroles esquineros…
Las tardecitas de Enero, taladradas a crujidos
por el chirriante gemido de algún carrito aguatero.

De a ratos la madrugada, trae de lejos el aullido
de algún cusco que aburrido, entona triste balada,
para esa luna plateada que en luz brillante me moja,
y al corazón la congoja, lo ha acorralado a trompadas.

Solo esa luna comprende la tristeza de mi alma…
Desde la celeste calma, solo ella es la que entiende
que éstas lágrimas rebeldes que hoy se asoman en mis ojos,
son por aquel “Peligroso” que hoy se alza resplandeciente.

¡Mi Pueblo!…¡Cómo has cambiado! Ya no sos “El Peligroso”
siento que un nudo angustioso, por dentro me está ahogando…
Mis pasos me van llevando camino de la emoción
al dejarte el corazón en mis versos, palpitando.

Ya no se oyen los balidos de un piño de chivas blancas
que un chango de risa franca arrea tras su silbido,
ni el eco de los aullidos de tu jauría orillera
dan la nota sensiblera a tu concierto de ruidos.

¿Dónde está aquél pueblo mío? ¡Viejo Barrio Peligroso!
El progreso caprichoso, te transformó a su albedrío.
¿Dónde está aquel caserío de casitas agachadas
como una blanca majada de ovejas, en pastoreo?

Tantos años han pasado desde aquel hermoso día
que a un costado de la vía quedó tu plano trazado.
Y cuánto que has progresado…En cambio…Mírame a mí
tres años antes nací…Y mira como he quedado.

Por eso es que festejamos la hazaña de tu grandeza,
mi emoción tendió esta mesa en donde iré acomodando
a quienes vayan evocando mi sentimiento sincero:
Aquellos fuertes pioneros que te fueron modelando.

Sin duda la cabecera, le corresponde a un viejito,
ya delgado y chiquitito y de blanca cabellera
fue quien con fe verdadera perforó tu árido suelo
para encontrar el consuelo de la vertiente primera.

Con voluntad de hombre bueno y la fuerza de un ariete,
Don WENCESLAO NAVARRETE llegó de suelo chileno
y acompañando en suelo ajeno, sin más bienes que su orgullo,
lo hizo a éste suelo suyo…Y a su andar le puso freno.

Y el suelo que es siempre fiel con quien lo sepa tratar,
supo su esfuerzo premiar con aquel primer jaguel…
Se afincó…Se quedó en él…Con afán serio y prolijo
fue criando aquí a sus hijos, al lado de su mujer.

Ocuparán junto a él, sus lugares en mi mesa,
la gente que en tu grandeza puso su confianza fiel,
sin hacer mucho cartel quiero poner en mi lista
a tu primer periodista, que es Don ALBERTO ROSELL.

También criollo derecho fue Don Esteban Nolasco,
el que nunca le hizo asco a comerciar sin provecho…
Siempre halló eco en su pecho la súplica de un “fiado”
¡Y cuántos desamparados, en su casa hallaron techo!

Una calle con su nombre tiene ya su propio brillo
como homenaje sencillo para quien fuese un gran hombre,
tal vez hoy alguien se asombre, sin saber que “Don Esteban”
fue de aquellos que ya llegan, con destino de Prohombres.

¿Y ese turco sin revés, que es el viejito MAJLUF?
Servicial como la luz…En nobleza y honradez,
solo lo iguala tal vez, AMADO, su favorito,
que le ha salido igualito al padre: Sin un doblez.

Y el gitano sin igual que es Don FELIX ROSELL…
Empezó con un hotel…Después hizo el “Cine Astral”
Y en la pista desigual de su patio aterronado,
los tangos que habré bailado en noches de carnaval.

Y su hermano Don Ramón, el más serio de los tres,
le ha jugado un cruel revés a mi pobre evocación.
Ha faltado a esta reunión…Se ha quedado en el camino,
y mi verso peregrino hoy le brinda su emoción.

Los cuatro HERMANOS SAPAG, hombres probos y sencillos,
contribuyeron al brillo de tu hermosa realidad.
Ante la necesidad de las almas afligidas,
sus ocho manos tendidas, fueron con sinceridad.

Y aquel viejo brasilero, Don JOSÉ FREIRE llamado,
más conocido “El Pelado Don Pepe…Fue bolichero,
luego buscando un ladero, vio el negocio en los purretes
y empezó a vender juguetes…Viejo ladino y canchero.

Luego, vendiendo su parte, vos lo observaste marchar,
¡Por fin iba a descansar su ajetrear de comerciante!
Siempre vuelve a visitarte…cada vez se asombra más
al verte como avanzas y luchas por superarte.

Y el viejito aventurero que vio la necesidad
y trajo de la “Ciudad”, “Transporte de Pasajero”
Se hizo después bolichero…dejó volante…boletos…
y colectivos repletos…Me refiero a Don Guerreiro.

Aunque un poco retrasado, pero con el mismo honor,
llega Don PEDRO CHALLIOL, mi maestro recordado…
Muchos maestros pasaron enseñando por las aulas
mas, como el ave sin jaula, hacia otros rumbos volaron.

Él en cambio se quedó y por sus manos moldeadas,
hoy existe una bandada de almas que él educó.
Si cada uno dejó una cana en su cabeza,
no ha de causar extrañeza ver que en su pelo nevó.

¡CUTRAL-CÓ! En la alegría de tu nuevo aniversario
vine a traerte el rosario sencillo de mi poesía,
recurrí a la fantasía de mi escaso entendimiento,
mas te dejo el sentimiento de mi alma, en éste día.

Amigos…Al fin llegó el momento de brindar…
Ayúdenme a levantar esta copa que colmó
y sus bordes derramó el vino de mi emoción
para decir con unción: SALUD…BELLO CUTRAL-CO.

Aural Merguez, octubre de 1967.-

De esta manera pintaba con hermosas rimas Aural Merguez el cumpleaños de Cutral-Co hace 44 años y lo publicaba en un folletín informativo de S.U.P.E, que se llamaba SUPEHUINC.
Creo que es un gran regalo, sobre todo para los nostálgicos más viejitos.
Feliz Cumpleaños querido CUTRAL-CO!!!!!
Rubén “Conejo” López

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