La semana pasada fueron revisados, pero hoy uno explotó y otro estaba apagado. Ocurrió pocos minutos antes de que los alumnos ingresaran a clases.
La escuela primaria nº 143 del barrio San Martín retomó las clases presenciales la semana pasada y, si bien las puertas se abren a las 8 de la mañana; los estudiantes ingresan una hora después por las bajas temperaturas del invierno y para permitir la ventilación del edificio.
Fue en ese interín que una docente advirtió que un calefactor se encontraba apagado. Con la reciente tragedia de Aguada San Roque, el personal docente y los auxiliares de servicio tienen prohibido inspeccionar o manipular estos artefactos, por lo que la directora decidió llamar a mantenimiento escolar. Pero mientras realizaba la llamada escucharon el estruendo de otro calefactor ubicado en el aula de primer grado.
La dirección Rosa Vega dio la orden de evacuar la escuela tras la explosión y el olor a gas que se apoderó del edificio, mientras aguardaban una respuesta del Consejo Provincial de Educación. “Supuestamente la semana pasada terminaron de hacer las obras y todo lo que implica la seguridad para volver a la presencialidad” dijo; al tiempo que remarcó que “estos calefactores tienen 40 años y todos los años se pide que los cambien, junto con el arreglo de la membrana en el techo y los vidrios rotos”.
Vega remarcó que la decisión del equipo directivo es no volver a la escuela hasta que cambien todos los equipos de calefacción. “Necesitamos un mantenimiento real y seguridad física en la escuela, porque se roban los caños galvanizados y los sombreros del tiraje de los calefactores, además de otras situaciones”, expuso.
La directora logró plantear todos los inconvenientes con las autoridades hoy tras la explosión y recordó que “son pedidos de hace muchos años, y que los recordamos todos los años, pero hoy la decisión es no exponer a nadie más y cerrar la escuela hasta que se solucionen estos problemas”.