Pablo Toledo, acusado como coautor de dos homicidios ocurridos el 8 de marzo, continuará en calidad de detenido por otros 3 meses, mientras avanza la investigación del caso. Una de las víctimas era Ramón Valdebenito, de Cutral Co.
De acuerdo a la teoría fiscal, Toledo y Valdebenito fueron juntos a una casa de la ciudad de Añelo durante la medianoche. Valdebenito entró primero con un arma de fuego amenazando a una mujer y a sus dos hijos, de 20 y 22 años. Tras un forcejeo, Kevin Vázquez, uno de los hijos, recibió dos disparos.
Cuando Toledo ingresó, encontró a Valdebenito trenzado en lucha con la mujer y el hermano del herido, por lo que disparó con su arma hiriendo a su propio compañero y huyendo del lugar con las armas de fuego. Valdebenito quedó tendido en el piso de la casa con un disparo en la cabeza y otros dos en el cuerpo, pero también recibió otras heridas de arma blanca y golpes provocados con un martillo.
Finalmente, Vázquez y Valdebenito murieron en el hospital de la ciudad por las heridas recibidas. Los estudios médicos revelaron que Vázquez murió como consecuencia de herida de arma de fuego en el abdómen, mientras que Valdebenito sufrió una herida de arma blanca y otra de arma de fuego en la cabeza, además de golpes.
Durante la audiencia de formulación de cargos, la fiscal Sandra Ruixo indicó que “hubo un plan y hubo una asignación de tareas”. El delito que la representante del Ministerio Público Fiscal le atribuyó fue homicidio agravado por el uso de arma de fuego, dos hechos, en concurso real; y por eso impusieron una medida cautelar de 6 meses de prisión preventiva.
Para requerir que se mantenga la prisión preventiva impuesta el 9 de marzo por seis meses, la asistente letrada de la fiscalía de Homicidios, Lucrecia Sola, argumentó que se encuentran vigentes los riesgos procesales por los cuales se fijó la medida. Es decir, peligro de fuga y de entorpecimiento de la investigación.
Los magistrados que integraron el tribunal revisor resolvieron, por mayoría, confirmar la prisión preventiva que viene cumpliendo el acusado. Es la segunda oportunidad en la que la medida es revisada y luego confirmada.