Es el registro más alto de los últimos tres años y la cifra duplica los números del 2019 y 2020. Sin embargo, los delitos con armas se sostienen y la jefatura policial intenta detectar el mercado negro que mantiene armado al ambiente delictivo.
“En los 4 meses que llevamos al frente de esta dirección de Seguridad Interior se logró el secuestro de más de 70 armas“, señaló el comisario mayor Eduardo Bravo, que agregó que de ese número, 15 son “tumberas” de fabricación casera y otra porción minúscula de réplicas que “a simple vista son muy difíciles de distinguir de una real”.
Además, hubo más de 400 municiones secuestradas en distintos procedimeintos, “que son de distintos calibres, como 22, 32, 38, 44, además de cartuchos de escopeta 12, 12.70, 16“, continuó Bravo.
Respaldado por las estadísticas, el comisario indicó que, entre el 1 de enero y el 30 de abril de 2019 hubo 34 armas secuestradas; y en el mismo periodo de del 2020 fueron 35. “Este año logramos el doble y tiene que ver con el trabajo de prevención e investigación que desarrollan todas las dependencias de esta dirección”, remarcó.
Sin embargo, el mayor no desconoció que un gran número de armas continúan en circulación y subrayó que “la brigada busca saber cómo ingresan las armas, es gratificante saber que se secuestran, pero trabajamos en saber de dónde salen”.
En ese sentido, reconoció que existe un mercado negro que no solo distribuye; sino que también elabora o fabrica armas de fuego.