Un movimiento social legítimo se puede sostener en el tiempo, porque su origen reúne el apoyo popular. Así ocurrió con el reclamo del personal de salud. En esta semana esta legitimidad está en juego, si no levantan los cortes y siguen la lucha desde otro lado, entonces el apoyo popular (siempre inestable) puede irse hacia otro lado.
La lucha en el corte de ruta ha sido implacable y ha cumplido su función. El gobierno provincial ofreció dinero (que por ahora no tiene) para equilibrar lo que hubiera sido el ajuste salarial más salvaje en la historia neuquina. Si se aplicaba solamente el 15% entonces la inflación les habría ganado en un 27% ya que la inflación internaual en marzo es del 43%.
Ahora la propuesta parece más razonable, con un plazo de cumplimiento en diciembre, la batalla estará ganada. ¿Es lo ideal? No, pero es lo posible.
Los autoconvocados de salud tendrán un incremento salarial digno y no solo ellos sino también el resto de los empleados estatales. El gobierno provincial y el gremio ATE podrán fingir que hablan entre ellos, ignorando la protesta pero todos los neuquinos y neuquinas sabemos la verdad.
Los trabajadores le ganaron al acuerdo de Gutiérrez con Quintriqueo. El daño a la imagen del gobernador es grave, tal vez irrecuperable. El MPN sacrificará lo que haga falta para mantener el gobierno en las próximas elecciones. Carlos Quintriqueo perdió la representatividad. Si no pierde las elecciones, perderá afiliados masivamente y su ATE ya no volverá a ser lo que era.
Con la experiencia de la pueblada de 1996, puedo decir que los líderes de esta protesta podrían quedar en el olvido. Rara vez esos líderes naturales se transforman en políticos y capitalizan ese reclamo principalmente porque al momento de elegir gobernantes, los ciudadanos no eligen a quienes protestan. Si es cierto que quienes tengan visión y gestión podrán articular, con mucho trabajo, un espacio de discusión dentro de ATE o fuera del gremio.