Desde el inicio de la cuarentena, las filas en las veredas se han transformado en una constante en la vida de los cutralquenses y huinculenses.
Cuando no había cuarentena flexibilizada, los primeros en instrumentar esta modalidad fueron los supermercados y las ferreterías. Pero después se sumaron verdulerías, bancos, ahora se sabe que cada lugar donde se vaya, habrá que esperar afuera.
El otoño ha sido benévolo en cuanto a la temperatura. Transcurre más de la mitad de mayo y la temperatura ronda los 20 grados.
¿Pero qué pasará en un mes? Esperar afuera con temperaturas bajo cero, con lluvia o nieve podría ser más contraproducente para el contagio de enfermedades que el amontonamiento.
Como todavía quedan unos días, ¿no sería mejor ir previendo esta situación y buscar ya una solución? Los locales son mayor capacidad podrían redistribuir los espacios para permitir la distancia social con la fila dentro del negocio.
En otros casos, como los negocios más chicos, podrían dar números y que los clientes esperen en los vehículos, si es que lo tienen. O podrían dar turnos. En todo caso, la situación con las filas en el exterior será complicado y habría que preverlo.
