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Trabajadores de la PIAP pidieron a senadores la reactivación de la planta

Desde el gobierno nacional aseguran que por influencia de Vaca Muerta, la idea de construir una planta de fertilizantes es viable.

Trabajadores de la Planta Industrial de Agua Pesada -PIAP– fueron recibidos por el senador Guillermo Pereyra. Son 400 en total, de los cuales unos 70 son de Cutral Co y Plaza Huincul. Temen quedarse sin trabajo en poco tiempo por falta de funcionamiento de la planta.

Fue en la Comisión de Minería, Energía y Combustibles del Senado de la Nación, que preside el senador neuquino y secretario general del Sindicato de Petroleros. Los empleados presentaron un informe sobre la situación de la planta.

De la misma manera, fueron invitados a participar el subsecretario de Energía Nuclear del Ministerio de Energía de la Nación, Julián Gadano; y el ministro de Energía y Recursos Naturales de la provincia del Neuquén, Alejandro Monteiro.

Pereyra informó que se trata de la planta de agua pesada más importante del mundo, y como ya es una costumbre en la Comisión que preside “buscamos escuchar todas las voces para poder acompañar con las decisiones”.

A su vez, recordó que el gobernador Omar Gutiérrez estuvo reunido con el ministro de Energía de la Nación, Javier Iguacel, donde hablaron de la necesidad de hacer un trabajo articulado y dijo que la Comisión que preside “está dispuesta a colaborar en este sentido”.

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La primera exposición estuvo cargo del licenciado Julián Gadano, quien dejó en claro que desde todos los sectores “debemos trabajar en una alternativa para la planta”. Mencionó que la PIAP fue pensada para un sistema mucho más grande que el actual, y por ese motivo se debe buscar construirle a la planta un futuro sustentable.

Explicó que el sistema nuclear argentino necesita entre 225 y 435 toneladas de agua pesada para los próximos treinta años, hasta el final de la vida útil de las centrales nucleares, y aclaró que en el horizonte no hay un mercado para el agua pesada. “Por eso debemos asumir que en algún momento la Argentina no tendrá que consumir más agua pesada”, añadió.

Trabajadores protestaron en la ruta 22

Destacó el recurso humano especializado con que cuenta la planta, y dijo que en el futuro hay que encontrarle una alternativa: “la más importante es producir fertilizantes nitrogenados a base de urea, que sí cuenta con un amplio mercado”.

Recordó que esto era prácticamente impensable hace unos años por los costos de inversión, pero distintas variables atadas al desarrollo de Vaca Muerta están confluyendo para darle viabilidad al proyecto. “En este sentido estamos trabajando para poder convertir las dos plantas de amoníaco en una planta de uso dual”, agregó.

Por su parte el ministro de Energía de Neuquén, Alejandro Monteiro, dijo que para la provincia es un tema de mucha relevancia y preocupación porque la planta también permite darle valor agregado a una importante porción del gas que se produce en la provincia. Indicó que la provincia del Neuquén siempre ha trabajado en pos de mantener la actividad de la planta y que la incertidumbre respecto de su continuidad ponen también en riesgo el resto de las funciones de la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI) que cuenta con 400 trabajadores en la Planta y otros 800 brindando servicios al sector de los hidrocarburos.

A su vez, explicó que el proyecto de fertilizantes podría ser muy importante para el país y se vería beneficiado por las inversiones en logística implementadas para el desarrollo de Vaca Muerta, especialmente por el proyecto del Tren Norpatagónico, aminorando la desventaja que representan los altos costos de transporte hacia las zonas de consumo del fertilizante y los puertos para su exportación. “El proyecto de la planta de fertilizante, con la posibilidad de producir varios millones de toneladas de urea o amoníaco, permitirá hacer rentable económicamente este proyecto del tren con la posibilidad de llevar una carga de regreso”, afirmó.

Finalmente, en representación de los trabajadores de la PIAP, Pablo Sosa contó que son 450 familias “que estamos por quedar sin nuestro sustento y estamos preocupados”. Hizo un resumen del trabajo y las funciones de la planta, y explicó la problemática respecto al pago de los salarios, “donde hoy no tenemos fecha de cobro”.

Informó que se encuentran a la expectativa de que para agosto se firme el contrato con Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NASA), para la compra del stock de la planta por 21 millones de dólares, lo que les permitiría llegar a fin de año. Finalmente, remarcó

Los trabajadores queremos generar agua pesada. Queremos llenar la cuarta central y, de no ser posible, generar las 300 toneladas de stock para las plantas existentes”.

La PIAP pertenece al Estado Nacional, a través de la Comisión Nacional de Energía Atómica de Argentina, en un 49% y al Estado Provincial en un 51%; y es administrada por la empresa estatal local ENSI. Cuenta con unos 400 trabajadores entre personal técnico, de servicio y administrativo. Su principal cliente actualmente es la operadora de las centrales nucleares argentinas, Nucleoeléctrica Argentina S.A.

 

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