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Silvina Merino: desde la pileta de barrio Uno hasta México

En busca de una nueva oportunidad, Silvina emigró a México en noviembre de 2011 y sin buscarlo, se reencontró con su vieja pasión y logró convertir su pasatiempo en un deporte de alto rendimiento.

“Yo nadé toda la vida, desde los 10 años iba a la pileta de YPF en el Uno” recordó, pero siempre se trató de un hobby repartido en tiempos de ocio, en piletas y natatorio que quedaban cerca. El gran desafío llegó en Playas del Carmen, “un entrenador me vio en pileta y me invitó a nadar en el mar. Yo le tenía mucho respeto al mar y no me animaba, pero me insistió y me insistió hasta que fui a probar y me re emocioné, estuvo buenísimo”. Hoy es deportista de élite y participó de competencias a nivel mundial con presencia en podios.

¿Cómo empezó todo?

Empezó hace mucho. Yo nadé toda la vida, desde los 10 años iba a la pileta de YPF en el Uno y nunca dejé de nadar. Nadé durante el secundario, después en la universidad con los interuniversitarios representando a la UADE, siempre estuve en el equipo de la facultad pero no era profesional, era más ligth. Cuando volví a Neuquén y empecé a trabajar nadaba en el CEF, volví a entrenar.

¿Pero no eran competencias grandes?

Cuando era chica siempre participaba de los Patagónicos, Provinciales y Nacionales. Siempre me iba bien y subía al podio, pero nunca fue más allá de un Nacional, participaba porque mi mamá me llevaba al club y me gustaba nadar, no por hacerlo profesional.

En Argentina, antes de venirme a México, tuve un Sudamericano en Mar del Plata en el 2009 que, a nivel nacional me fue muy bien y a nivel internacional quedé cuarta o quinta, no alcancé a entrar al podio.

“Desde los 10 años iba a la pileta de YPF en el Uno y nunca dejé de nadar”

¿Y siempre fue pileta?

Yo nadaba solo en pileta y me iba muy bien, competía en la categoría Máster que es por edades a partir de los 20 años. A ese nivel andaba bien en Nacionales, pero aguas abiertas no había hecho nunca.

¿Con aguas abiertas cuándo empezaste?

Aguas abiertas nunca había hecho. Me vine a vivir a México en noviembre de 2011 y empecé al tiempo a nadar como hobby otra vez porque es algo que me gusta y siempre quiero hacerlo, donde sé que hay una pileta voy y por eso empecé a nadar ni bien me vine acá. Un día me vio un profe, me preguntó mi nombre y me dijo que era muy buena en fondo, por qué no me animaba a nadar en el mar y mi respuesta fue ‘no, al mar le tengo mucho respeto, nunca nadé, siempre estuve en alberca (pileta) y no me animo’, pero me dijo que era profesor de triatlones y todos los sábados se juntaban a nadar, quedó en llamarme cada vez que iban para que vaya con ellos.
Me invitó como 5 fines de semana y siempre le decía que no hasta que un día dije, ya que tanto me insiste voy a ir a probar. Fui un solo día y me re emocioné, estuvo re bueno, pero no llevo ni dos años nadando en mar, los cumplo en julio.

¿Qué fue lo que más te costó?

Muchas cosas jaja empecé con algunos miedos, la marea, los bichos que podés encontrar. No sabía nada, en una pileta vos tenés todo bajo control, hay una rayita en el medio que te va guiando, sabés donde estás la pared y no pasa nada. Acá no ves nada, el mar te lleva para cualquier lado y tenés que aprender a tomar puntos de referencia para no perderte, es muy distinto.

¿Y el entrenamiento es más pesado?

Sí, porque son mucho más largas. Mis competencias que son de 10 kilómetros duran casi 3 horas, depende de la marea. El año pasado hice una que debía durar 2 horas 45 y tardé 4 horas 15, era imposible.

¿Sigue siendo un hobby para vos?  

Yo ya soy mamá y tengo mi laburo. Estaría re bueno poder dedicarse 100% a nadar como deportista profesional, entreno en las mañanas de lunes a sábado mientras mi hijo está en el kínder y por lo menos 3 horas estoy metida en el agua. Es un hobby pero también ahora me lo tomo más en cuenta porque ahora soy atleta de alto rendimiento en categoría élite, pero yo no lo tomo así porque me gustaría dedicarle mañana y tarde.

Un día me vio un profe, me preguntó mi nombre y me dijo que era muy buena en fondo, por qué no me animaba a nadar en el mar y mi respuesta fue “no, al mar le tengo mucho respeto”

¿Cuándo subiste a élite?

Hasta el año pasado competía en Master de 30 a 40 años. A nivel México me iba re bien y entré a dos mundiales. El año pasado y este clasifiqué acá en los Nacionales y competí en los mundiales Oceanman de España y en los dos quedé como subcampeona mundial en Master.
Hacerlo de nuevo este año creo que sería parecido y eso no me llena, no me importa ganar y ganar porque no crezco más. Ya sé que en mi categoría me va bien. Así que en febrero hice la primera presentación en élite para ver hasta donde llegaba y en agosto me vuelvo a presentar en el Nacional que te clasifica al mundial, ese es mi sueño.

Es otro nivel de competencia, pero también es otro ritmo

Si porque son menos carreras en el año y me falta mucho para estar al nivel de los élite, ellos viven de esto y entrenan todo el día. Yo sé que puedo esforzarme y el profesor que me entrenada me empezó a alentar para meterle un poco más, así que estoy con otro plan de entrenamiento para empezar a medirme y ver si el esfuerzo vale la pena. Serán 2 o 3 presentaciones en este año.

Vos no fuiste a México por eso, pero estás cumpliendo un sueño allá

Si, lo cumplí al tirarme en febrero como élite, terminé séptima y estoy re feliz porque sé que si se puede. Lo pensaba cuando era piba pero solo imaginaba que algún día podía llegar cuando me subía a los podios. Ahora en agosto hay que ver cómo sale.

¿Hasta dónde querés llegar?

Quiero estar entre las primeras de la federación de México, eso me daría la posibilidad de entrar en un equipo para competir de manera internacional en juegos olímpicos, igual está lejos, me conformo con llegar a los primeros lugares del Nacional.

¿Dónde trabajás ahora?

Ahora estoy como vendedora para manejar mejor mis horarios. No me puedo dedicar a full a nadar pero me tengo que mantener con los entrenamientos. Por la mañana estoy de dos a tres horas nadando, lunes a viernes yo sola por mis horarios y los de mi hijo y los sábados entreno con un grupo de alto rendimiento que son chicos de 12 a 16 años, yo tengo 36, casi 37, pero voy bien. De los chicos hay una que me gana y me mantengo segunda, no estoy tan mal jaja. Esos días entreno con intensidad pero pocos kilómetros; y de lunes a viernes hago muchos más kilómetros pero con menos intensidad para acercarme a las pruebas que son de 10 kilómetros. Hago un promedio de 6 a 8 kilómetros por día.
Igual en lo económico hay que buscarle la vuelta. No es lo mismo que tener un laburo fijo de 10 a 12 horas en un hotel, porque acá es todo industria hotelera al ser una ciudad turística, pero hay cosas que se tienen que resignar para hacer lo que una sueña.

¿Te costó adaptarte en estos 7 años?

No, por suerte me recibió bien. Acá se dice que si México no te recibe bien, te vas enseguida. Yo creo que ya lo pasé y me recibió re bien.

¿Y extrañás algo de Argentina? Más allá de la familia y las personas

Pero la familia es lo que más extrañás. También, que se yo, la comida. Acá tirar buena carne a la parrilla no existe, los mates tampoco. Es como que perdés amistades, con el mate te juntas con la familia o los amigos y hacés un vínculo, acá no existe el “si no estás haciendo nada venite a casa a tomar unos mates”, tenés que organizarte y es re difícil salir de la rutina, siempre están ocupados y son puntuales.

No es lo mismo que tener un laburo fijo de 10 a 12 horas en un hotel, porque acá es todo industria hotelera al ser una ciudad turística

Otros argentinos de México dicen que además de la carne, extrañan las golosinas

Acá son horribles, picantes. Pensás en comer algo rico y no hay nada bueno, son contadas las golosinas que zafan.

¿Qué fue lo primero que se te pegó?

El ‘mande’, en vez de preguntar ‘¿qué?’ cuando te hablan, decís ‘mande’ como diciendo que digas qué es lo que querés. Igual tampoco se me pegó mucho, el acento tampoco, creo que al argentino el acento no se le va nunca en ningún lado y los que te escuchan hablar te sacan al toque que sos argentino.
Otra es el pinche, es una puteada pero no es tan agresiva, depende el contexto, ese si lo uso bastante.

¿Te quedás en México para seguir compitiendo?

Depende, la verdad que no lo sé pero por ahora sí. El año pasado viajé a Neuquén por unos temas familiares y averigüé allá cómo era el trámite para federarme en Argentina, seguir nadando y compitiendo acá pero representando a Argentina. Yo estuve hace mucho y quería renovarlo, pero me dijeron que acá iba a ser muy difícil sumar puntos, para cada clasificación debería volver a Argentina y es muy difícil, hacerlo acá ya es complicado.

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