Desde la Justicia igualmente se lo condenó, pero con prisión en suspenso.
Facundo recién está entrando en la década de los veinte pero tiene problemas de adulto. Sentado frente al juez Raúl Aufranc escuchó cómo la fiscal Marisa Czajka y su abogada defensora, Vanessa Macedo, discutían sobre su futuro.
Un día agarró un arma y seguramente creyó que era más valiente y más duro. Y cometió graves errores. Llegó a la Justicia detenido en la difícil U22 por más de veinte días, que se hicieron largos nunca había estado preso.
Este lunes escuchó a los funcionarios judiciales discutir cuánta condena le darían y cuánto tiempo estaría bajo vigilancia. Y escuchó decir que era muy joven.
Facundo tiene dos hijas, una de tres años y otra de tres meses. Y le será difícil conseguir trabajo porque no terminó la escuela y tiene una condena penal. Pero igual es una nueva oportunidad.
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Ante el juez, la fiscalía contó que había tres causas penales en contra de Facundo. Lesiones graves agravadas por el empleo de un arma de fuego contra su suegro, abuso de armas y amenazas y amenazas con armas. En ninguno de los casos se trató de un robo sino de problemas familiares.
Por esos delitos, de los que se declaró culpable, le dieron una pena de 1 año y 8 meses de prisión en suspenso. Se aplicó el sistema de acuerdo pleno entre la fiscalía y la defensa.
En ese acuerdo se determinó que respetará normas de conducta por dos años. Ello quiere decir que debe presentarse en la oficina de Patronato de Detenidos, informar dónde está viviendo y no acercarse a sus víctimas.
Tanto la fiscalía como la defensa tomaron en cuenta que Facundo no tenía antecedentes previos de delito. Que era muy joven y que tenía una familia.
Pero cualquier otro delito que cometa lo llevará directamente a la cárcel. Así que es una nueva oportunidad, limitada, pero otra oportunidad al fin.
Quedará para el debate si dar una nueva oportunidad es justo o no.