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Niños a la deriva, para Pérez “la justicia de familia funciona muy mal en Cutral Co”

Abogado Cesar Pérez

Tras mediar en el caso de G. B., una niña de dos años y lograr que la menor sea restituida a su familia, el abogado y ex ministro de Justicia César Pérez consideró que hay una “mala interpretación” de la aplicación del Registro Único de Adopción que atenta, principalmente, contra los niños en conflicto.

La intervención del letrado fue fundamental en el caso que tomó relevancia nacional por la cruzada del abuelo Ariel Barros Erxilape, vecino del paraje Las Coloradas que emprendió caminatas y varios reclamos para restituir a su nieta de 2 años que pasó por el cuidado de 4 familias. Tras más de 5 meses de tratamiento judicial, Pérez logró recusar a la jueza Silvina Arancibia y pasar el caso a manos de la doctora Nancy Vielma, que en un plazo de 10 días destrabó la situación, “Resolvió que la nena no estaba en estado de adoptabilidad y solicitó una reunión con el abuelo y la familia extendida. El miércoles hubo un reencuentro y finalmente otorgaron la tenencia” señaló el defensor de la familia Barros.

En ese sentido recordó el Artículo 24 del Registro Único de Adopción, mediante el cual puede solicitarse asistencia a una familia inscrita en el registro para niños en estado de abandono, solamente a los fines de la custodia hasta que se resuelva su futuro, no obstante para Pérez “se ha malinterpretado el artículo”. “No se busca a la familia extendida y se los envía directamente al RUA, ahí vienen los errores y luego los reclamos. Si se interpretara como debe ser estos problemas no estarían pero la Justicia de Menores de Cutral Co funciona muy mal” dijo y agregó “hay que replantearse como vamos a seguir porque los chicos no pueden estar sufriendo y divagando de casa en casa o internados, el papel del juez de familia es fundamental, debe escuchar a todas las partes y estar al tanto de todos los requerimientos”.

Respecto al caso de G.B. y tras el encuentro con su familia, la Justicia dictó la tenencia por un año, con posibilidad de extender la guarda por un año más. Una vez cumplido ese lapso un juez determinará su futuro de acuerdo a su evolución.

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