El 2 de enero de 2016 la veterinaria Cecilia Merino afrontó una difícil situación personal por una denuncia en las redes sociales ante la muerte de una gata callejera a quien no le practicó una cirugía de amputación. La situación derivó en cartas documento cruzadas y una audiencia de mediación programada para febrero próximo.
La situación comenzó a fines de 2015 cuando una joven de apellido Figueroa encontró a una gata callejera con una fractura expuesta en una de sus patas. Por la fecha fue casi imposible hallar atención veterinaria pero Figueroa logró una cita con Merino que brindó primeros auxilios pero se negó a amputar el miembro ya que se trata de intervenciones que no realiza en su clínica. Herida pero con un diagnóstico poco favorable el animal pasó al cuidado de Abrego, pero días después, el 2 de enero, murió por las infecciones y fue esta última responsable quien cargó duramente a través de su Facebook contra la médica veterinaria en una publicación que fue compartida a otros perfiles y páginas.
Eso derivó en cartas documento cruzadas y un pedido de disculpas nuevamente por redes sociales de parte de Abrego en febrero de 2016, aunque en diciembre pasado Cecilia Merino inició las acciones legales contra Figueroa y Abrego. El lunes pasado se realizó la audiencia y el juez interviniente declaró inadmisible la causa contra Figueroa, pero en el caso de Abrego se caratuló la causa por injurias, descartando calumnias, amenazas y difamación.
Ahora Abrego y Merino deberán afrontar una instancia de mediación en el Juzgado de Paz de Cutral Co en febrero de este año, a fines de que Abrego se retracte o se mantenga en su postura y, en caso de fracasar, será necesaria una audiencia de mediación con intervención del juez.
Según el nuevo código procesal, la injuria comprobada se sanciona con una pena de multa que puede ser de $1.500 a $20.000.