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La historia del juicio Escuelita II en un libro

La biblioteca del Instituto de Formación Docente N° 1, fue el escenario para la presentación del “Crímenes de la Dictadura en Neuquén y Río Negro”, el viernes por la noche.

Los periodistas Shirley Herreros y Marcelo Pérez Lizaso, junto al secretario general del Sindicato de Prensa, Flavio Ramírez y el reportero gráfico Oscar Livera, brindaron parte de la experiencia de la cobertura que se hizo durante los siete meses que duró el juicio la Escuelita II y del que formó parte el denominado “Operativo Cutral Co”.

El dirigente gremial refirió que el sindicato decidió publicar las instancias del juicio, en su página.

“Decidieron (los trabajadores) que era insuficiente y que le tenían que dar una forma física para llegar a las escuelas, a las bibliotecas, y a los ciudadanos de todo el país o poder darles a todos los interesados, el relato de lo que pasó en un juicio”, indicó.

“No somos dueños de los medios, ni siquiera somos dueños de la palabra. Somos trabajadores de los medios de comunicación”, sostuvo Ramírez y en virtud de ello es que resolvieron editar el libro con la cobertura, a través del trabajo de 18 periodistas, reporteros gráficos, correctores y diagramadores.

Livera, por su parte, describió como se organizó la producción y edición del libro. De los 1.000 ejemplares de la primera edición, hay un cúmulo que se repartieron dos ejemplares en las bibliotecas populares de las dos provincias.

En tanto, Shirley, señaló que “todos los testimonios son complicados, porque son historia de vida muy crueles y es el terrorismo de Estado narrado en primera persona, y cuando llega el séptimo testimonio, uno no quiere escuchar más tanto dolor, tanta amargura”.

Pérez Lizaso, recalcó sobre el “Operativo Cutral Co”, que “lo que hicieron en Cutral Co, es lo que hicieron en el resto del país”. “Es el plan sistemático del país para desaparecer personas, apropiarse de hijos y bienes por parte de la dictadura. Cutral Co es un pequeño mapa de lo que pasó en el país”.

Desde aquí, Pablo Hodola, hijo de Oscar Hodola y Sirena Acuña, hoy desaparecidos, les agradeció la presencia.

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