Los reflectores de los autos de los padres son el único apoyo que le permite a los niños de Club Atlético Barrio Norte continuar con los entrenamientos.
Desde la recuperación de la plaza, a escasos metros de Ruta 17, la actividad fue incesante para los chicos que disputan los torneos comunitarios. Sin embargo las dificultades son muchas y la ayuda escaza; el entrenador Sebastián Velázquez apuntó que realizaron varios pedidos al municipio por la iluminación del predio pero no existe respuesta.
Por lo pronto los entrenamientos son con las luces de los autos de los padres que colaboran para no perder el ritmo de juego.
“Ahora pedimos también que vuelva a funcionar el comedor y una sede para enseñar guitarra, teclado y otros talleres para que los chicos tengan más contención” manifestó Velázquez.
Piero Di Lena
